Viajeros con cama

jueves, 23 de diciembre de 2010

Complejo ratonil

Oigo al ratón de mi hermana dar vueltas por mi cuarto.
Se pasea metido dentro de una bola de plástico, que es como su jaulita para los recreos. Deambula, falto de toda su agilidad roedora, por el parqué y bajo la cama, colisionando con los cojines, convirtiendo la alfombrilla en una altura insuperable. Cuando se mueve, es extraño, hace un ruido de tubería. No suenan sus pies contra el suelo, así que no suena a ser vivo. A veces ve un hueco entre patas de silla por el que cabría cualquier roedor canijo como él, y quiere meterse. Pero la bola se lo impide. Seguro que le desconcierta la situación. Complejo de inferioridad, podría decirse: se debe olvidar de que su tamaño es la bola y no él. El cabrón lo vuelve a intentar más veces. Pero la bola-cárcel no concede tregua, y su libertad es artificiosa.
De la bola, a la jaula, a que mastique pan duro. Al día siguiente, cuando esté entumecido, a la bola otra vez, a experimentar ese pseudo albedrío libre. Todos esos mecanismos de esclavitud dedicados exclusivamente a él, a su existencia minúscula; se sentiría asombrado. De cómo el hombre impide de cualquier forma que ambos mundos, el suyo y el animal, se fusionen, en nombre de la civilización.
Me da pena el puto bicho. Pero cualquiera le suelta, para que se coma los cables de la luz. Yo también entro en el juego del mundo civilizado, mal que me pese. Estoy pensando que en otros tiempos futuros, cuando los hombres y los animales sean equivalentes, me señalarían, me acusarían, me imputarían delitos de lesa animalidad. Dirían, no querías, pero lo permitiste. Cómplice directa de la esclavización, me llamarían. Y yo diría, carajo, es que el bicho se iba a comer los cables de la luz. Pero no me entenderían, seguramente. Para entonces ya no habrá cables. Fijo.

2 comentarios:

  1. De ratones y hombres... me gusta también el dibujo, qué pasa, es que tú le das a todo? Ni Leonardo da Vinci... Vengo también a desearte felices fiestas, que las pases disfrutando de todos los placeres de la comida, la bebida, el cariño, la amistad y todo lo que le pongas por arriba. Un abrazo.

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  2. en el mundo de los roedores, al cual obviamente pertenezco, no existe la navidad
    pero gracias
    ;)

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