Viajeros con cama

jueves, 18 de noviembre de 2010

De calcetines solitarios


foto: diana moreno

Él me dijo, ven a mi casa. Yo le dije, cómo te llamas. Era una noche de agosto, era la cuidad, y él era un dandy salido de las cloacas.
Entonces me acordé, como quien no quiere la cosa, de las clases de gimnasia del colegio. Un profesor dictatorial llegaba y nos gritaba: poneros por parejas; y a mí me entraba, recordé, una angustia, como de intimidad rota, que tenía que disimular. Emparejamientos, pensaba. Somos calcetines, o qué, pensaba.
Y en aquel preciso momento, en la noche y en la ciudad y en compañía del dandy salido de las cloacas, me dije, bah, ha pasado mucho tiempo. Pero caí con sorpresa en que no, que aquel ponerse por parejas ya no era una orden en boca del profesor de gimnasia dictatorial, pero sí en boca de otros muchos dictadores. El ponerse por parejas era la última dictadura vigente. Una dictadura con sus adeptos, sus rebeldes, sus medidas de control y sus lavados cerebrales, como cualquier otra.
Eso pensé. Entre swings de absenta. Así que yo, esa habitual insurrecta, decidí someterme: eché a andar con el dandy salido de las cloacas para evitar, sólo por aquella noche, que los militares me montaran un consejo de guerra por opositora. 

1 comentario:

  1. Buena excusa... : ). Me he sentido identificada también en lo de las clases de gimnasia, qué horror...un abrazo, te sigo, eres muy buena observadora (y analista).

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