Cosas que pasan cuando vas
caminando tranquilamente por Madrid: llego a Argüelles y encuentro, donde la
calle Princesa se junta con Alberto Aguilera, un puñado de gente, bomberos y
policía mirando como pasmados un simple cartel de Zara colgado de un edificio.
Al final caigo en la cuenta de que esos dos hombres colgantes no eran limpiacristales accidentados. Ese enorme edificio de la
empresa de Inditex en Princesa es el que eligió Greenpeace para su acción de la campaña Detox, en la que exigen “una
moda sin tóxicos”. Según explica Greenpeace en su página:
“Ahora mismo, en todo
el mundo, el agua está siendo contaminada por los vertidos de sustancias
químicas peligrosas que provienen de la industria textil. Cuando se liberan en
el medio ambiente estas sustancias se pueden descomponer para formar sustancias
más dañinas, algunas de las cuales producen trastornos hormonales o incluso
tienen propiedades cancerígenas”.
Otras marcas, como H&M, ya se han
comprometido a dejar de utilizar esos peligrosos compuestos químicos en su
ropa. Zara, diana principal de la campaña por su gran dimensión de venta en el
mundo, ha negado inicialmente el uso de esos compuestos pero, según Greenpeace,
ha acabado asegurando que tomará las medidas oportunas para alcanzar el “vertido
cero”.
Los tres activistas detenidos fueron puestos en libertad por la tarde, y los medios han difundido el suceso, y, con él, la acción de la asociación ecologista. Es hora de que los consumidores tomemos conciencia de nuestro poder de decisión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario