El martes, con la Tabacalera chapada, el
grupo de dibujo eligió la plaza del Dosde como lugar para las sesiones.
Antes de liarme a garabatos,
en un ratejo agradable lleno de latas de los chinos y balonazos de niños, me vi
Malasaña de día, que hacía tiempo. Encontré a Malasaña como quien encuentra
especialmente guapa a una novia. Con los pubs cerrados y los comercios
abiertos, husmeé tal tienda de discos y descubrí tal floristería, y vi una mesa de
ping-ping con la que habían hecho peatonal tal calle. Dije, éste es mi barrio. Y luego, con el dibujo al aire libre, dimos el último adiós al
verano.
Me encantas, Madrid.
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ResponderEliminarTodo un reto: dibujar, Malasaña y el fin del verano.
Me gusta lo que haces.
bsos