Viajeros con cama

viernes, 8 de abril de 2011

Errores judiciales


Los cuatro de Guildford
Dentro de cuatro paredes que no dejan pasar las voces agradables pero que filtran perfectamente y con eco las voces terribles, amaneció un ahorcado con un cartel que decía, en un lenguaje tan minoritario que hoy sólo lo deben hablar los fantasmas, la palabra “inocente”.
A partir de pesadillas como aquella, los hombres comenzaron a recapitular sus pasos desde que empezaron a alejarse de las torturas medievales. Recordaron los códigos civiles, las destrucciones de las fábricas que perfeccionaban tormentos antiguos, y recordaron el fin de aquel derecho lleno de privilegios y enterramientos en vida. Pero habían llegado al tiempo más moderno vivido por ser humano alguno y aún no era suficiente. El hombre erraba. El error le perseguía como una fiera que no desea morder sino sólo, y más terrible, acompañar y acompañar. Y era imposible avanzar más.
Habían supuesto que la justicia era una.
Luego, se habían dado cuenta de que existían muchas otras justicias.
Ahora no podían dejar de caminar hacia su justicia primera, pero la dirección era un zig-zag acuoso. El juez era un status imperialista; el jurado, emocional; Agatha Christie, un personaje, y el culpable insistía en no revelar sus culpabilidades motu proprio. La lógica comenzaba a enseñar cada vez más claro que ellos mismos, los repartidores de castigos, habían tatuado la mayoría de las veces la palabra culpa en la piel del culpable, de modo que la culpa ya tenía que repartirse entre el culpable y su tatuador, y en definitiva todo era un caos, y cuanto más y más y más pulían el término justicia más se encabritaban las volutas y, a veces, saltaban incendiadas a los ojos de los jueces que, en vez de ser considerados mejores por su ceguera, eran inmediatamente reemplazados por invalidez. Y la sinrazón seguía.  

5 comentarios:

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  2. Para estupenda tú! Me encanta como escribes, adoro a Ani difranco (la vi en directo por primera vez hace 11 años) y Pj, tus autoretratos son profundos, como de otra época, alguno en bn me recuerda a la onda de Pj de los 90 en sus portadas, en Marruecos me parece ver a mi abuelo en cada esquina...para una primera conexión está muy bien. Un abrazo

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  3. "...amaneció un ahorcado con un cartel que decía, en un lenguaje tan minoritario que hoy sólo lo deben hablar los fantasmas, la palabra “inocente”."
    Como escarpias. :)

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  4. Supongo que conocerás a este genio.
    http://www.youtube.com/watch?v=pE2qJwKDW5U

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  5. tina gracias por el comentario, te envidio insanamente. nunca he visto a ani difranco en vivo.

    no conocía a javier corcobado pero gracias por el link. interesante!

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