ya no me importa la crisis energética,
ni los lapidados de arabia saudí,
ni las técnicas de creación de un personaje,
ni el mecanismo de los relojes,
ni la soledad de los viejos,
ni las leyes sirias,
ni los ciclones,
ni que las toques,
ni que las muerdas,
ni que las beses.
esto debe ser la felicidad
que dicen.
... o la indiferencia... igual de saludable, a veces.
ResponderEliminarquiero llegar a ese estado ya
ResponderEliminarEs abstraerse de todo. También sucede cuando uno está muy, muy, muy, mal.
ResponderEliminar...o que ya da todo igual. E igual sí que lo es, quién sabe...
ResponderEliminaryo creo que uno no tiene personalidad, sino etapas. uno es fuerte un día, y al siguiente no. y eso es todo, jeje.
ResponderEliminarsi esa es la felicidad, yo no la quiero
ResponderEliminaryo, a ratos, sí la quiero. otro rato prefiero un poco de histeria.
ResponderEliminarLa indiferencia es un mecanismo de defensa para no caer en la locura, pero hay que utilizarla en su justa medida...¿cuál es esa justa medida? Saberlo es el arte de vivir xD
ResponderEliminarSor rosamarie