Viajeros con cama

martes, 15 de febrero de 2011

Absurdos para un día de lluvia

 Una de las cosas que me acompañan desde que tengo memoria es una extraña (y cojonera) nostalgia por cosas que nunca sucedieron.
Es una situación penosa, como puede imaginarse. Es rara; es como una silla con un clavo; es una excitación que uno no sabe cómo suavizar. Me recuerda al día que me anestesiaron la boca, y aún así picaba, y me rascaba, y era como rascar un pedazo de goma, y el picor seguía ahí, cojonero, teniendo que no existir pero existiendo.
Pues algo parecido es, esta nostalgia por cosas que nunca sucedieron. Por sitios que nunca pisé, vivencias que nunca experimenté, edades históricas que no viví, hombres que nunca me follé, libros que no he leído porque aún no conozco y quizá jamás lo haga. Etc. Es algo parecido, por una razón: que no hay dónde rascar. Y a ratos pica, y mucho; pica con ganas.
Este es uno de esos ratos, creo. O simplemente es un día de lluvia. Que, para sintetizar, viene a ser lo mismo.

2 comentarios:

  1. Interesantes tus dias de lluvia... es una pena que los mios no den para tanto...
    :) Saludos

    ResponderEliminar
  2. jajaja, gracias! yo creo que a todos nos pasa..

    ResponderEliminar