Viajeros con cama

martes, 21 de diciembre de 2010

Orígenes 4: El origen de la imaginación

Los primeros hombres se habían acostumbrado ya a aquel prodigio que era la memoria, que permitía revivir aromas sin necesidad de flor, recuperar sonidos sin garganta mediante y separar un rostro ajeno de otro (así como invocar los placeres vividos tantas veces como soportara la paciencia y sin importunar a los dioses de la repetición). Pero sin embargo de la recreación a la creatividad existía un paso nunca antes penetrado, y ninguno de los hombres conocía las posibilidades de la imaginación, aún inutilizada.
Una mujer se topó con ella de sopetón en una antiquísima mañana de rocío, de aire invadido de semillas prehistóricas. Estaba sola y añorando. En un ejercicio venido de las entrañas se hizo a sí misma ver una imagen: era la de uno de sus compañeros, concisa; carne, pose y gran melena derrotada; lo vio existir, y lo vio mirarla, y todo esto ocurrió sólo en su mente tal y como había ocurrido alguna vez en la realidad. En un momento dado que para siempre señalaría la frontera de la tragedia, marcada a sangre en el asfalto subconsciente, la imagen del hombre erguido se movió, se llevó dos zarpas a la cara, y actuando a coro con los propios impulsos de la imaginadora –hondos, inconscientes, vibrantes-, el hombre se arrancó un ojo, lo sacó de la cuenca, lo zarandeó brillante como un escarabajo, y la salpicó con sangre (aunque hasta ella no llegó nada tan material como la sangre, pero sí tan intangible como el espanto).
La mujer, aterrorizada, incapaz de comprender, huyó estúpidamente de las figuras reales, y huyó de las sombras y de las voces, y de todo ser vivo dotado tan siquiera de globos oculares. Pero el hombre que ella había visto amputarse estaba al otro lado, sano y vivo. Tardarían mucho en comprenderlo. En los días venideros, la mujer intentó por todos los medios comunicar su increíble hallazgo, pero le fue imposible explicar nada tan abstracto: el idioma aún no había sido inventado y, por lo tanto, la mente era insondable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario