Viajeros con cama

sábado, 6 de noviembre de 2010

Fragmentos 2: La poesía de las paredes

Que el arte tenga que ser siempre intrínseco es una pura mentira. Nada más lejos. ¿Cómo que no puede hacerse poesía de las cosas más superficiales de la tierra? Coño, pues claro que se puede.
Se puede, se puede. Las paredes de Madrid. Vibrantes maestras, murallas llenas de huellas. Expectantes de futuros arqueólogos que las arranquen de sus prisiones espaciales y expriman de ellas lema, momento y vida.
Pero igual, simplemente, eso no es arte, o es un pseudoarte, o igual esa palabra mágica se ha desgastado ya demasiado de tanta violación continua y ahora todo sea arte. ¿Arte, o no arte? Ná, igual es verdad que un tabique sin más, sucio, pintorrejeado, es una bazofia acultural. Los muros con lemas revolucionarios de los locutorios, o los graffittis obscenos: bazofia. O la reivindicación insospechada de la eternidad en medio de una tranquila caminata, a modo de slogan sesentayochesco. O los carteles babeantes de fiestas gays, lubricantes, recién adheridos al lienzo inacabable de fuencarrales y tapias desnudas. Igual todo eso, aunque me conmueva, no es arte ni es nada, no es más que mierda, de la fea.
E igual lo es la palabra; el salpicar de pinceles; el derrotero variante de las cucarachas. Los bosques de publicidades alternativas, en los bordes de las rejas comerciales. Las pintadas que nos trasladan sin petición previa, y que nunca osan aventurarse en las impecables fachadas naranjas decimonónicas. O el embrujo del neón.
O la recta de los asfaltos verticales aleatoriamente interrumpida por constelaciones de cristales y maniquíes con firmas en las vestiduras, que hacen, porque eso hace un cristal, todos lo sabemos, que los ojos se vayan allí y no al muro. O la política, existente con rabia, existente sin tregua; plantada en el único sitio posible donde la política puede ser franca, sincera, verídica: en una pared.

O el sexo, el sexo terrorífico, el sexo sucio, la no censura expandida a los rincones en que el hombre es animal y no hombre y toca de ese modo la felicidad más sucia, y más terrorífica. La oferta perfecta, las ganas de ciudad, la cinemateca y el prohibido-fumar y el rastro de los tesoros castizos, condensado todo en un folleto de discoteca.

O la historiaconmayúsculas en las placas, las calles con nombre y cara.
O los versos. O los picassos y rembrandts y chinaskis. El jazz, el hip-hop. O todos los trozos coleccionables que quedan de los pasados siglos, y culturas, y razas, y técnicas, embadurnando las fortalezas de la ciudad del cuento.
Igual todo eso no es arte, pero a mí me lo parece.
Efectivamente, lo parece. Los futuros arqueólogos reunirán pedazos de ellas, de las paredes de Madrid, de las maestras, de las fulanas expuestas a las contemplaciones; emperifolladas, tatuadas, recargadas de belleza y mugre a dos bandas; las arrancarán, como digo; exprimirán su poesía y sus significados que quizá ya estén todos lejos del raciocinio humano. Quizá para entonces no puedan comprender ya, los arqueólogos futuros, la utilidad de un graffiti de un pene en una pared, del dibujo de una cara que es anónima, o el interés que tienen las zapatillas colgantes o las promesas de neón. Puede que en un ejercicio de laboratorio seleccionen en una calle cualquiera un cartel de un concierto heavy, lo extraigan cuidadosamente con tenazuelas y lo analicen pausadamente, microscopicoencefalomatemáticamente, con espátulas, embudos, evolucionadísimas pipetoprobetas, con jugos cromatográficos del papel y la letra, hasta decidir que probablemente la pega de carteles sea sólo un ritual sin función comprobada y que nosotros fuimos, sin más, seres de costumbres misteriosas y perversas.
O quizá los hombres futuros, en vez de al raciocinio, tiendan al arte. Y en ese caso harán algo distinto: fragmentarán todo Madrid y lo envitrinarán en museos de maravillas paleolíticas, seguramente.

fotografías: diana moreno


2 comentarios:

  1. Ay mi madre! Cómo se atreve ud. a desmenuzar con tan concienzuda osadía todo aquello que representa arte o no. Para mi hacen arte también aquellos que se dedican a describir el arte. O sea, ud. El gran inconveniente, problema u vayaustedasabber es que cada vez me estoy enganchando más a su blog, por lo que tengo cada vez menos tiempo para dedicarle a las "noticias importantes" que pasan en el mundo, y claro eso afecta a esa especie de conciencia que se supone que tenemos los revolucionarios. Ojalá siga "molestando" a esa gente que nos creemos que el arte en minúsculas sucede en la vida cotidiana.

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  2. jejejej... pues tenemos un problema, mira que si por estar hablando de grafitis y tonterías te hago que me descuides la revolución!! qué va a ser esto... jaja..
    gracias niñato!

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