Viajeros con cama

martes, 25 de octubre de 2011

Historias del periodismo: La lucha parlamentaria

Los sabios debían debatir las cuestiones importantes con cuidado de que no les escuchara la masa apolítica. Como tres paredes no ocultaban lo suficiente, añadieron otra más y lo llamaron Parlamento.
Aquel refugio de asientos y retratos célebres funcionó durante un tiempo: un puñado de hombres eruditos arrastraba sus pelucas por largas mesas y decidía, resguardados de testigos, cómo organizar el país; mientras, los individuos en la calle tenían simplemente que confiar.
Cuando llegaron los periodistas, que suponían la degeneración fisgona del ser humano, los sabios les prohibieron la entrada al Parlamento. Cuando protestaron los periodistas, les dejaron entrar, pero, ah, nada de apuntes: a la entrada les arrancaron de las manos cuadernillos de notas y plumillas.
Para desastre de toda cautela, se unieron en cataclismo los elementos. Uno de los periodistas había sido antes actor, y poseía una memoria inigualable. Al día siguiente, en el principal periódico de aquella ciudad llena de ratas y manuscritos, los hombres de la calle pudieron leer palabra a palabra todo lo que habían hablado los sabios dentro de esas cuatro paredes llamadas Parlamento. 
William Woodfall




2 comentarios:

  1. me gusta. No hay que perder la perspectiva histórica. La libertad de prensa fue un derecho muy difícil de ganar. Besos

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  2. eso es, no hay que perder la perspectiva histórica. saludos!

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