A veces me cuesta reír si lloras.
Tan lejos. Sin oírte.
Sin oírme, el amor
que en mí hiciste volverse monstruo.
Tengo dentro muchas cosas tuyas.
Tanto bueno. Tanta felicidad,
tuya,
que parece robada.
Si estás triste
esta vida mía parece, toda, una excusa
para hacerte sonreír
un momento.
Cualquier excusa es buena cuando despierta una sonrisa. Un abrazo
ResponderEliminaray
ResponderEliminarel amor vuelto monstruo...