Viajeros con cama

martes, 6 de septiembre de 2011

Apuntes extragalácticos: la incertidumbre

La vida de los hombres es totalmente insegura. Digamos que se mueven en un espacio muy movedizo ubicado entre el pasado (esa cosa que se puede confundir con los sueños y las películas a medio recordar) y un futuro que queda absolutamente invisible desde su poco estratégico ángulo de visión. A veces nos preguntamos cómo se puede vivir sumido en esas tinieblas, esa absoluta ignorancia hacia lo que va a suceder apenas un segundo después del segundo en que se vive. ¿Cómo no sentir miedo, cómo no temer los tropiezos constantes que, de hecho, se dan a puñados? ¿Cómo invertir en bolsa; cómo lanzar un anzuelo al mar; cómo entrarle a un tío en un garito… sin saber en absoluto qué ocurrirá? Los hombres, acostumbrados a una vida de calamidades, aceptan ésta sin cuestionársela, y consienten los tropiezos argumentando -¡qué tierno!- que “se aprende de ellos”.
Nosotros, los estudiosos, hacemos el experimento. Cuando les damos a los hombres el conocimiento total sobre el futuro sucede algo asombroso: primero, se ilusionan y hurgan en sus sucesos venideros; luego, se paralizan. Anotamos en los cuadernos un ejemplo llamativo: el caso de los estudiantes. Cuando le dijimos a un estudiante, “este examen lo aprobarás”, se puso contento y dejó de estudiar. Cuando le dijimos, “este examen lo suspenderás”, le leyó la cartilla a los demonios y dejó de estudiar. En cualquiera de los dos casos ya no necesitaba estudiar más porque sabía lo que ocurriría a ciencia cierta, y si anteriormente tenía esa curiosa manía de estudiar era, sin más, gracias a la incertidumbre.
La incertidumbre era, entonces, una especie de motor, de punzada en el culo. De modo que devolvimos la incertidumbre a los humanos y rellenamos nuestros cuadernos con nuevas realidades: que el desconcierto es necesario. Que lo resbaladizo ayuda a andar. Que se necesitan unas pocas tinieblas por aquí y otras pocas para allá para mantener la curiosidad y el deseo de, simplemente, seguir andando. 


1 comentario:

  1. Mmm, bien pensado, me gusta, sí.
    Fdo: Alba Flores Robla.

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