Viajeros con cama

martes, 15 de marzo de 2011

Desventajas del perdedor

Ser un perdedor tiene, entre otros inconvenientes, uno muy tonto: que sueles simpatizar con el resto de perdedores.
El ser humano tiene esas bobadas. Cuando ve a otro que comparte sus limitaciones, en lugar de compadecerle, le admira. Y pasan cosas como que uno lee sobre la guerra en un libro, y siente rabia hacia aquellos que ganaron la guerra y escribieron los libros. Así es la cosa.
Eso es un problemilla. Bueno, no es un problema serio; más bien, un pequeño embrollo. Yo, por ejemplo, tengo que esperar a que finalice la carrera o, como poco, a que los puestos de los corredores se vayan definiendo para inconscientemente tomar uno u otro partido. Siempre con el corredor que llega el último, por supuesto. Tan heroico, con su cara de fastidio y sin cameo televisivo. Si invierto el proceso, y comienzo simpatizando con el corredor, y luego resulta -¡fatalidades!- que éste gana la carrera, existe el riesgo de que comience a caerme mal el individuo con el que simpatizo, y mi mente no está preparada para asimilar grandes paradojas sin infectarse de cinismo crónico.
Pero claro, uno coge cariño a tal perdedor, y entonces quiere verlo ir por el camino bueno. Vamos, quiere verlo ganar. Entonces uno se siente frustrado porque su dictador preferido, el que cayó en desgracia tras un golpe de estado, sea recordado tan mal por esos historiadores tendenciosos, o que el actor que más le gusta, aquel tan admirado por encasillarse en pelis indies y semidesconocidas, no sea un poco más valorado y conocido. Y uno comienza a retorcerse de injusticia. A no comprender el mundo. Y a volverse cínico crónico, en definitiva.
Creo que al final sale más rentable ser ganador. Es menos complejo, mucho más cómodo, y la línea de actuación no choca con sentimiento paradójico alguno. Pero, en mi caso, creo que me quedaré con el puesto de los pringados. A fin de cuentas, el último corredor de la carrera también merece algún público. Creo yo.

5 comentarios:

  1. Lo mas cargante es el ganador (normalmente forrado de pasta) que simpatiza y se identifica con el perdedor por una cuestion puramente estetica, e incluso canta sus desgracias: ejemplos hay unos cuantos...

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  2. Cuánta razón...que se lo pregunten a tods y cada uno de los miembros del club de fans del Coyote...Toda la vida tratando de comer y solo consigue hacer reir a los niños.Perseverancia infinita, heroismo cómico y fracaso crónico...
    Pero siempre queda la famosa y valorada lucidez del perdedor, la eterna sonrisa triste del que sabe que no tiene ya, nada que perder.

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  3. buf antonio, a esos no les dedico una triste entrada de blog sino una novela jejejej

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