Viajeros con cama

viernes, 21 de enero de 2011

Preocupaciones inexistenciales

La vida, asumámoslo, no es igual que el cine.
Por ejemplo, porque en la primera nunca hay discursos; nunca se dicen las cosas claras bajo música de Morricone. Nunca dos amantes se hablan de la luna con prosa espontánea de Neruda. Nunca se aprovecha el humo de una calle de Nueva York o una lluvia de mariposas caribeñas para renunciar con aspavientos a la chica o para aferrarse a ella para siempre.
No, no; en la vida nunca se dice nada, realmente. No es el protagonista el que habla. La lentitud habla; la rutina es quien habla; el silencio de las acciones comunes lo dice todo siempre. Los grandes cambios ocurren en el subsuelo sin que los notemos más que por pequeñas evidencias y los grandes discursos sólo existen en los bolsillos de los políticos y los ganadores de Grammys.
Quizá por eso me gusta el cine de Jim Jarmusch. Es lo más parecido a la vida que conozco. Porque me gusta la vida, también.

jim jarmusch. dibujo de diana moreno.


3 comentarios:

  1. A veces la vida te regala; un drama, una comedia de locura e incluso puede llegar a ser la mas bonita las pelis de amor...
    Me gusto tu texto...
    Saludos :)

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